La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) seguirá siendo el baluarte de la solidaridad de la sociedad española. La aprobación de un nuevo Estatuto que regirá al organismo público los próximos años reafirma el valor de una entidad que constituye la piedra angular del sistema de la Cooperación española.
Este nuevo marco normativo es la culminación de un proceso que comenzó hace más de un año, con la aprobación de la Ley 1/2023, de 20 de febrero, de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, planteando una ambiciosa reforma de la Cooperación española.
Posteriormente, en julio de este mismo año, se aprobó el Estatuto de las Personas Cooperantes, por el que se han mejorado y ampliado los derechos y condiciones de los más de 2.700 cooperantes que España tiene repartidos por el mundo, promoviendo así el compromiso y la participación.
Los valores de la AECID
Si por algo se ha distinguido la AECID en los más de treinta años que lleva siendo el principal instrumento de la Cooperación, es por encarnar valores como respeto, integridad, responsabilidad, profesionalidad y compromiso, diálogo y participación, transparencia y rendición de cuentas.
El nuevo Estatuto pretende mantener estos valores como guía, al tiempo que busca adaptarse a los cambios y transformaciones sociales. Para ello, con la alianza, la innovación y la transparencia por bandera, se busca una Agencia más estratégica, reforzando la planificación y el control de sus acciones y la evaluación de sus impactos.
Poniendo énfasis en nuevos retos, tales como los problemas climáticos, la brecha de género o la promoción de la educación, esta norma dotará a la AECID de los instrumentos necesarios para potenciar la innovación, la acción humanitaria o la cooperación financiera.
Un modelo renovado
En los tres últimos años, la AECID ha duplicado su presupuesto, pasando de 360 millones en 2021 a los más de 700 con los que cuenta entre 2023 y 2024. Esta mejora presupuestaria se ha traducido en diversas reformas, entre las que se encuentran las mejoras de las condiciones laborales en el personal que presta servicios en el extranjero o en el lanzamiento de nuevos programas sobre democracia, lucha contra el cambio climático, cooperación feminista o salud.
Con la aprobación del nuevo Estatuto se pretende que la AECID siga avanzando en su crecimiento, mediante un nuevo modelo por el que se le otorgan nuevas funciones, como la coordinación operativa y mejor análisis, así como refuerzo de la respuesta humanitaria. También tendrá que añadir nuevos principios, como la transparencia o el deber de cuidado.
Además, se incrementan los actores que forman parte de la Cooperación, pasando ésta de mera ayuda a alianza, y se establecen más prioridades, buscando que estén alineadas con las de los países receptores y que contribuyan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por último, a nivel interno, la Agencia busca potenciarse mediante la transformación digital, haciéndose más ágil y más eficiente, enfocada a objetivos y resultados. Para ello también se propone una mejora de las condiciones laborales, orientada a una manera de vanguardista de atraer y fomentar el talento y el conocimiento.